Después de quedarse ciego, este perro descubrió que la verdadera amistad es la salvación

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Para cualquier ser vivo, perder uno de los sentidos es horrible. No ver, no oír o no sentir los olores o los sabores es una tortura. Lo mismo que no tener el sentido del tacto. Pero todos nosotros tenemos instinto de supervivencia y la suficiente fuerza para superar obstáculos. Sobre todo si contamos con ayuda.

A los 11 años, el pobre Hoshi perdió sus dos ojos. Perdió algo importante, pero ganó algo que no esperaba. Este perrito ha encontrado en otro la visión que le falta. Y no solo eso, porque, en un principio, Zen llegó como perro guía, pero no se limitó a hacer solo su trabajo.

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Zen hizo mucho más que eso. No solo es los ojos de Hoshi, sino que ahora es su mejor amigo. Hacen todo juntos, todo lo que se te pase por la cabeza, ellos lo comparten. Así que lo que empezó siendo una relación "laboral" es hoy el ejemplo de una buena amistad. Estos mejores amigos son grandes compañeros de aventuras.

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Por tierra, aire y mar. No hay nada que les frene. Zen ve por los dos, pero no hay nada que no puedan hacer. No hacen falta dos ojos para amar, para emocionarse y vivir. No necesitamos ver para sentir el agua mojándonos.

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Tampoco necesitamos la vista para sentir el viento en la cara. No hace falta verse para quererse, y estos dos lo saben bien.

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Hasta dormir lo hacen juntos; quien sabe si sueñan con lo mismo también. Qué suerte tener un alma con la que compartir todo. Desde el primer momento de la mañana hasta el último de la noche.

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Vivencias así dan que pensar. ¿Quién no ha pensando en rendirse alguna vez y de pronto todo se ve claro, aunque ni siquiera abramos los ojos, porque llega alguien especial?
Una historia de superación que da como resultado una relación de mejores amigos. Nunca te rindas, lo mejor siempre está por venir.

Fuente: BoredPandaAnimals

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