Descubre cómo Salem se convirtió en el gato más glamuroso de todos los tiempos
Es de sobra conocido que, en general, a los gatos no les gusta el agua. En esa línea de rechazo al líquido elemento, a Salem no le gusta bañarse, pero sí usar la bañera. Vive en Pittsburgh (Pensilvania) con su humana Kai, a quien no solo le gusta el agua, sino también usar bombas de baño.
Este felino, que se parece y se llama como el gato de Sabrina, la bruja, adora ir al baño y meterse en la bañera cuando está vacía. Una de esas veces en las que Salem estaba bañándose sin agua sucedió algo tan insólito como gracioso.
Kai había tomado recientemente un baño con una bomba de espuma vegetal que había dejado gran cantidad de purpurina esparcida por la bañera. Sin que le diera tiempo a limpiarla, el fondo de la bañera era un mar de brillantina.
Así fue como Salem se convirtió en el gato más glamuroso del mundo.
Si la bañera ya era un sitio mágico para él, ahora mucho más. De gato común ha pasado a ser la elegancia viviente del reino animal.
Este gato es tan genial que tiene hasta varias posturas ensayadas para cuando está en la bañera. En esta ocasión, le valieron para impregnarse mejor de este brillante material que parece que tanto le gusta.
Es cuanto menos curioso ver cómo estos animales disfrutan con cosas tan normales como una caja de cartón o un hilo con el que se pueden pasar entretenidos horas. Raros objetos y lugares inimaginables son las cosas que hacen disfrutar a estas mascotas.
Con purpurina, Salem es la viva imagen de una noche estrellada. Le sienta fenomenal, todo hay que decirlo.
Aprovechando que le encanta la bañera, Kai le dio un 'verdadero' baño para no dejarle salir de ahí con tanto estilo y manchar toda la casa.
Por desgracia, los baños de agua no son tan divertidos como los de brillantina ¿verdad?
Hay que aclarar que la bomba de baño era de origen vegetal, así como las partículas brillantes, por lo que Salem no corrió peligro en ningún momento. ¿Quieres ver el momento en que Kai encontró a su fabuloso gato? Aquí tienes el vídeo.
Fuente: Honest to Paws