Los burros niñera, la salvación para los corderos

Los burros niñera se han popularizado mucho en los últimos años, muy especialmente dentro del ámbito de la ganadería, y es que se trata de animales que no sólo tienen una fuerza y resistencia envidiable, sino que además, su personalidad los convierte en el animal perfecto para cuidar de los pequeños corderos al subir a lugares más complicados.

Los burros niñera ayudan a los corderitos a llegar a las montañas

A lo largo de la historia del hombre, el burro ha formado una parte muy importante, ayudándolo a realizar multitud de tareas gracias a su fuerza y capacidades, pero también a su comportamiento, personalidad y vinculación con aquellas personas que están en su entorno.

Esto ha hecho que se un compañero inseparable del hombre, incluso a día de hoy que, aunque ya no tienen el mismo cometido que en el pasado y esto los ha relegado a un segundo término, todavía hay labores en que pueden realizar en las que se pueden convertir en una pieza imprescindible, y buena muestra de ello son los burros niñera, un compañero inseparable de los corderitos más jóvenes que necesitan una protección extra así como un sistema de transporte más cómodo y seguro.

Hay que tener en cuenta que la ganadería requiere de buenos pastos para un buen desarrollo de los animales, los cuales crecen más sanos y fuertes si consiguen encontrar un lugar donde abastecerse de forma plena.

Sin embargo, el problema viene con el agotamiento de los recursos en el entorno, lo cual hace que muchas veces los pastores se vean obligados a trasladarse a zonas más apartadas, algo que los animales adultos pueden resistir sin ningún tipo de problema pero, ¿qué pasa con las crías?

Gracias a los burros niñera, para los corderos resulta verdaderamente fácil llegar a cualquier destino, y es que no tienen más que colocarse en sus pequeñas alforjas para disfrutar de un paseo agradable hacia pastos más verdes y abundantes.

Burros fuertes y protectores, ideales para la protección frente a depredadores

Las tiernas patitas de los corderos no son capaces de recorrer distancias tan largas, con lo cual se cansaría en y acabarían falleciendo por el camino, algo que no ocurre gracias a los burros que actúan de niñera, pero este no es el único objetivo de estos animales, sino que también tienen otro cometido adicional que es el de proteger a las crías.

Desde el mismo instante en el que el humano pone a las crías en sus alforjas, el burro adquiere la responsabilidad del cuidado y salvaguarda de los corderitos, de manera que los van a defender en cualquier tipo de circunstancia, incluso haciendo frente a los peores depredadores.

El burro es un animal valiente, protector y muy familiar, por lo que el pastor no tiene ningún tipo de problema en confiar la vida de estos jóvenes corderos a sus capacidades.

Una vez que se llega a destino, los corderos se bajan para que se puedan alimentar adecuadamente, momento en el que los burros niñera descansan y disfrutan de un rato agradable, siempre cerca de estos animales cuyos cuidados se le han encomendado, una curiosidad de la naturaleza que sin duda nos sorprende y que, sobre todo, nos hace entender la importancia de todas y cada una de las especies, sus capacidades y de la relación entre ellas.

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