Una mujer prepara cada día una bolsa de comida y se la da una perra que viaja 13 km para recogerla

Muchas veces nos referimos al concepto de 'humanidad' como la sensibilidad o compasión respecto a las desgracias de otras personas. Sin embargo, muchas veces parece que la bondad y nobleza de los animales supera con creces la de muchos seres humanos.

Cada vez con más frecuencia, las historias de los animales nos sirven de aprendizaje para ser mejores personas e inculcar ciertos valores a los más pequeños. Y es que los animales son leales y ayudan a los demás sin ningún tipo de prejuicio.

Lilica hoy nos da una lección de generosidad y persistencia, ella es una perra callejera que todos los días, durante los tres últimos años, recorre 13 kilómetros para dar de comer a otros animales que viven en condiciones infrahumanas.

Todo comenzó cuando Lilica dio a luz y tenía que salir en busca de comida para sus cachorros. Un buen día, Lucía, una maestra amante de los animales, encontró a la perra buscando comida entre unos escombros cerca de su casa, así que decidió darle algunos restos de comida, aunque para su sorpresa la cosa no quedó ahí.

"Se acercó y olfateó los contenedores de basura, llamó mi atención y me dí cuenta de que estaba sin hogar. Fue entonces cuando la llamé y le dí algo de comida; sin embargo, ella comió y luego quedó mirando la bolsa", cuenta Lucía.

De esta manera, Lucía entendió que Lilica lo que quería era llevarse la bolsa con comida, y así era. La maestra le preparó la bolsa y la perra se fue con ella, pero al día siguiente volvió a por otra bolsa, y al siguiente, y al siguiente...

Entonces Lucía decidió seguir a la perra para descubrir donde vivía y fue ahí donde se llevó la sorpresa, ya que comprobó con sus propios ojos que Lilica se encargaba de alimentar a sus cachorros y amigos. "Al principio ella llevó comida a sus cachorros, pero con el paso del tiempo, cuando estos fueron adoptados, siguió llevándole comida a otros animales que vivían en el depósito de chatarra", aclara la maestra.

A día de hoy, Lucía sigue preparando una bolsa con comida, y puntualmente, a las 9.30 de la noche, la perra para a por ella, se alimenta, y le lleva la bolsa a sus amigos.

Esto se ha convertido en toda una responsabilidad para Lucía tal y como cuenta: "Yo no viajo ni voy a ningún otro sitio por ella, ya que ella confía en mí y es un compromiso diario que tengo. Nosotros, como seres humanos, a penas compartimos cosas con otros; pero un intercambio entre animales es una lección de vida para todos."

Fuente: RecreoViral